martes, 9 de octubre de 2007

Buenas noches desde WUHAN

Hola a todos. Nostros ya estamos por fin todos juntos. Os resumo estos dos días:
El viaje ha sido, creemos, todo lo bueno que podía ser. Los aviones han sido (los tres que hemos cogido) puntuales, y no ha habido ningún problema. Salimos de Madrid a las 10.20, llegamos a París a las 12.20 más o menos, y a las 15.00 embarcamos en el avión grande. La primera vez que despegamos Alberto no se lo creía, pero de miedo nada de nada. Y ya en los otros dos aviones, pues pura rutina. En el avión de París a Pekín nos dieron enseguida un aperitivo y la cena, apagaron las luces, y a intentar dormir. Lo conseguirmos sólo a ratos. Pero en general bien. Luego a las 6.00 de la mañana hora local nos dieron el desayuno, y poco después aterrizó en Pekín.
En la llegada a Pekín, pues a pasar por el control de pasaportes, por las maletas, etc. Por cierto, en cada aeropuerto nos registraban bien las maletas que subíamos al avión, y a Elena y a mí nos cachearon tanto en París como en Pekín, aunque los guardias chinos eran más simpáticos que los franceses. Y lo de no pasar líquidos al aeropuerto, pues un robo. Luego compras botellitas de agua por 2,50 € después del control y punto.
A Pekín llegamos a las 7.45 hora local (cuando estaba previsto), y mientras bajamos del avión, entregamos los formularios (de estado de salud, de pertenencias que pasamos a China, etc, y que por cierto luego ni miran), cuando recogimos las maletas eran las 9.00. Nos reunimos con Lola (nuestra guía, joven, amable y que habla perfectamente español), y ya con ella fuimos a embarcar de nuevo.
Sólo tuvimos que esperar una media hora para subir al avión, que era chino pero exactamente igual a los europeos, y con absoluta puntualidad salimos para Wuhan. La espera en Wuhan fue la que más corta se hizo, y la de París la mas larga, pero bueno, con las tres familias que vamos pues fue llevadera.
En el avión a Wuhan nos dieron la comida a eso de las 11.30, y en general nos gustó (menos a Alberto, claro). Enrique se pasó medio camino durmiendo y al final comió solo ensalada y el postre (macedonia).
Y a las 12.20 llegamos a Wuhan, cuando estaba previsto. Aquí nos esperaba un guía local (un chico joven lammado Woo, con el que hablamos en inglés), y con los dos guías cogimos un pequeño minibus hasta el hotel. El trayecto fue de una hora, y bueno, un espectáculo. En calles con varios carriles en cada sentido, y llenos de tráfico, los chinos cruzan como si fueran por el arroyuelo. Los coches sólo respetan los semáforos en rojo. El resto de señales, como si no estuvieran. Menos mal que por lo menos no corren mucho, no se si porque son conscientes de lo que hacen, o porque los coches no dan más de sí.
Y llegamos al hotel, nos dan habitación, nos suben las maletas (los botones), y cuando empezamos a deshacerlas es la hora de ir a por las niñas. Al hotel llegamos a las 14.00 y media hora después estamos camino de un organismo donde nos esperan.
La entrega fue espectacular. Cuando subimos las escaleras vimos a María en brazos de una cuidadora, y rápidamente se metieron a la habitación donde fue la entrega. Tenía cuatro kikis, no dos como en la foto, pero la reconocimos. La entrega fue de las tres niñas del grupo que vamos juntos, y no hubo agobios ni prisas. María en cuanto nos vió nos echó los brazos como para venirse con nostros, y empezó a jugar con Alberto y Enrique y con nostros. Ni un llanto. Comprobamos que andaba sola, se dejaba coger aupa por Alberto, quería coger todo lo que veía a su alrededor, incluída la cámara de vídeo, etc. Las otras dos niñas lloraron un poco, pero en general fue todo bien. Ahí firmamos un papel, y nos dieron una bolsita del orfanato. En la bolsita estaba leche de la que usa, papilla o algo así, un album de fotos hechas por ellos, y,.... el traje y la cámara de fotos que enviamos hace dos meses. Mañana si podemos revelaremos las fotos a ver que tal.
El regreso al hotel en el autobús fue de maravilla. Nos sentamos detrás, y todo el rato jugando con Alberto y Enrique, riéndose casi a carcajadas, imitando lo que hacían los chicos (abrir la boca, sacar la lengua, etc), y la cogíamos cualquiera de nostros y estaba bien con todos. Hasta me dijo papá, y luego enseguida mamá. Todavía no ha dicho chache, pero seguro que empieza pronto. Babea bastante, no sabemos si por los dientes (tiene creo que cuatro arriba y dos abajo), o porque está constipada.
Y en la habitación, pues otro espectáculo. Nos estuvo ayudando lo que pudo a deshacer las maletas, y se movía con nostros como si lleváramos toda la vida juntos.
Y decidimos bañarla. En el hotel hay una bañerita de plástico, como la de casa, y al meterla al agua, pues sin problema. La piel estaba un poco reseca, pero no se quejó. El problema fue lavarle la cabeza. Costó quitarle los kikis porque estaban muy prietos, y con la goma repasada. Hubo que cortárselos. El pelo se quedo tieso, y al mojarle la cabeza y lavársela cogió el primer berrinche. Un buen berrinche. Costó lo suyo sacarla, secarla, echarla crema, vestirla, etc.. Y con el llanto vimos que moqueaba bastante y tosía. Pero al final se tranquilizó, y mientras los papás rellenamos unos papeles con la guía y fuimos de compras, las mamás, las niñas y los niños (Alberto, Enrique y Javier, el niño de la pareja de Toledo), se fueron a una habitación de juegos que tenemos en nuestra planta del hotel. Los papás fuimos a comprar agua a un super que está muy cerca, volvimos con los demás y a cenar.
A las 7 o así cenamos en el Hotel, de buffet, platos chinos sobre todo, con sabores distintos (picantes, etc), y luego a la habitación a descansar. La comida no les hace mucha gracia a los chicos, pero bueno, van comiendo. Y la niña, pues vimos que tenían sopa de arroz, le echamos un cuenco, y se tiró a ella. Y después del arroz, un potito de fruta que llevábamos, y luego un trocito de mouse de limón. En fin, que comió mejor que esperábamos. Así que todavía no le hemos dado ningún biberón de leche ni papilla. Solo agua, galletas María (que vinieron bien también en la entrega, y la cena).
Desnudarla y ponerla el pijama le costó otro berrinche, hasta que se quedó dormida en brazos de Elena. De ahí a la cuna (serían las 9.00), y se ha despertado otra vez a la una o así. Otro achuchón, y sigue durmiendo, como todos menos yo. Mañana vamos a formalizar la adopción el el notario, comprar un cochecito, y luego iremos a algún médico para que le vea los moquitos y eso. No es que estemos preocupados, pero vamos a ir a ver que dicen.
Así que, hasta ahora, mejor imposible. Voy a intentar colgar unas fotos. Ayer intenté meter videos al youtube y no pude, no se si por mi cansancio o porque aquí en China tengan restricciones. Ya vereis si lo consigo o nos.

Saludos a todos.

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